
Los tiempos de crisis son tiempos de replanteamiento, de reflexión y cambio
Estos últimos meses nos asalta con preocupación la alarma de la crisis mundial financiera. Nuestros políticos, los que mueven los invisibles hilos de nuestro mundo, han querido reunirse en una cumbre en Washington donde el llamado G-20 pretende nada más y nada menos que «refundar» el capitalismo.
Para los que creemos que un mundo mejor y más justo es posible, la palabra refundar, si pecáramos de ilusos, nos esperanzaría y podríamos llegar a pensar que nuestro mundo quiere plantearse que la voracidad del sistema, basada en las reglas del mercado impuestas por los más fuertes y dejando excluidos a los más débiles, tiene que llegar a su fin. Pero si analizamos un poco la realidad de estos últimos meses y si nos interesamos sobre los objetivos reales de esta cumbre, nos damos cuenta que lo que se pretende es beneficiar a los de siempre, paliar las dificultades que los países desarrollados están ahora pasando.
Y para cubrir este objetivo en estos últimos días los gobiernos de la Unión europea y el gobierno de los EEUU están dedicando cientos y cientos de miles de millones de $ para sanear la Banca. A nosotros, como ONG que trabaja para el desarrollo, no deja de cuestionarnos de dónde sale ese dinero, no deja de sorprendernos porque nos habían hecho creer que no había dinero para paliar graves necesidades de hambre, sed y necesidades básicas de 925 millones de personas en el mundo. Al ver que, con lo que han gastado en unos días, sólo en unos días, los gobiernos de la Unión Europea y el gobierno de los Estados Unidos en sanear la Banca habría dinero suficiente para erradicar el hambre en el mundo durante cincuenta años, evidenciamos que lo que ocurre es que esta situación no se considera suficiente crisis mundial, parece que es más importante salvar a los bancos que a los pueblos.
Y en este marco económico llegan las fiestas navideñas, unos días que lamentablemente se han convertido en unas fiestas que manifiestan la grandeza del sistema económico, lo divino del consumismo. La Navidad se nos presenta como algo contradictorio entre los que sabemos lo que estamos celebrando y la manera cómo lo hacemos. Entre tanto despilfarro y banalización se nos hace difícil descubrir al Dios hecho hombre en la periferia de la sociedad, descubrir lo fraterno y lo solidario. Pero lamentablemente lo que nos preocupa y lo que nos recuerdan las luces encendidas en nuestras ciudades desde el mes de Noviembre es si, “con esta crisis”, podremos celebrar o no la Navidad en su plenitud. Vivimos pues en una situación de pérdida del sentido y de una gran «irresponsabilidad colectiva». Todos nos quejamos de todo pero nadie se siente responsable de nada, mientras cada uno disponga en su micro mundo de todo lo que desea, lo demás no importa.
Pues bien, dicen que los tiempos de crisis son tiempos de replanteamiento, de reflexión y cambio; ¡hay que aprovecharlos!
Desde PROKARDE queremos proponeros “Refundar la Navidad”, aprovechar este momento de crisis para rescatar todo aquello de auténtico que conlleva la celebración de la Navidad y separarlo de todo lo que nos la oculta. Que sepamos ver detrás de las guirnaldas, adornos y parafernalias navideñas la Luz Verdadera. Os deseamos una muy feliz Navidad cargada de solidaridad, justicia, paz y todos aquellos valores que nos trajo Jesús en su venida a la tierra y en su encarnación entre los más pobres.
¡¡¡Felices Fiestas!!!
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