Tiempo de espera, camino de esperanza

Con el tiempo de Adviento se abre el Año Litúrgico, otro tiempo de medir nuestro TIEMPO, de hacerle KAIROS.
Nuestra mirada se dirige más allá, se fija al horizonte, intuye que viene ALGUIEN, que ese ALGUIEN trae la ESPERANZA y nuestro corazón y nuestros pies se dirigen hacia Él; El que viene a nuestro encuentro.
El tiempo de Adviento, es un tiempo entrañable, inspirador, esperanzado.
El Adviento es tiempo de esperanza, de la única esperanza que no falla y que colma, porque en sus entrañas lleva a Aquel «que vino, que viene y que vendrá».
La esperanza es Él, el liberador, el único capaz de romper nuestras esclavitudes y de dar consistencia a nuestros empeños por «adelantar» su Reino, que sólo Él llevará a plenitud.
Él viene, yo hoy soy sus manos, su mirada, su corazón. Es la provocación del Adviento. ¿Te atreves?


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