
Amaia Cía ha estado en la India durante el primer trimestre de 2014: “hay algo que me ha dejado una huella imborrable en mí, la fortaleza de sus mujeres”
Cuando me preguntan sobre mi estancia en India nunca sé cómo responder. ¿Cómo reducir una experiencia tan importante en una sola respuesta?
India es más que un cúmulo de anécdotas o una serie de acontecimientos que vives cada día. Es un cambio interior que sin darte cuenta va cimentándose poco a poco y que de repente, un atardecer mientras cruzas las carreteras de lo que antes era una selva, notas que hay algo diferente en ti. Notas que ya no eres la misma persona que aterrizó desorientada en un país inmenso, en el que a pesar de hablar más de veinte idiomas distintos, la gente se entiende a través del cariño.
Puedo localizar en mi memoria el momento exacto en el que decidí viajar como voluntaria a la India, ni por un segundo me planteé otro lugar y hasta que no llegué a Relwa y miré a los ojos de esas niñas y vi sus esperanzas, sus alegrías y escuché sus risas. (No recuerdo un día en que el internado de Relwa no estuviese repleto de risas.) No comprendí la verdadera razón de mi decisión.
En más de una ocasión durante mis tres meses de estancia en Relwa desee haberme desarrollado en una profesión que fuese un poco más “útil” en un terreno tan desolado como India, enfermería o medicina hubiesen venido muy a mano. Aún así me siento afortunada de haber podido documentar la inmensa labor que hacen las Hermanas -que con tanto cariño me trataron y que con más cariño aún las recuerdo- de forma gráfica y audiovisual. Es un honor haber podido ver de su mano como es la verdadera forma de vida del pueblo Adivasi, conocer a su gente, sus costumbres, sus problemas, sus esperanzas y su evolución, posible gracias al enorme trabajo que las Hermanas llevan realizando en India durante tantos años.
Si hay algo de India que me haya dejado una huella imborrable, es la fortaleza de sus mujeres, desde la niña más pequeña hasta la mujer más anciana, ellas son la verdadera fuerza motriz del país. A pesar de vivir en una sociedad machista en la que ser mujer implica estar un escalón por debajo, la fuerza de voluntad de estas mujeres y su lucha constante hacen posible que proyectos como el del banco comunitario salgan adelante y mejoren poco a poco su vida, su educación y su futuro.
Así que cuando me preguntan por mi estancia en India y no sé muy bien cómo responder, muestro alguna de mis fotos. Para mi es la mejor forma de expresar como viví esa magnífica experiencia.
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