El desarrollo no puede continuar haciéndose contra Ella ni a costa de Ella

En estos días se está celebrando la COP 21 en París. Justo antes de la celebración de la Navidad, entre los días 30 de noviembre al 11 de Diciembre se reúne la conferencia de la ONU sobre Cambio Climático.
Desde Prokarde no queremos dejar pasar esta ocasión para reflexionar una vez más sobre la solidaridad, esta vez a partir de la importancia y gravedad de los motivos que hacen que se celebre dicha Conferencia.Ya son muchas las páginas de nuestros boletines en las que hacemos presentes las voces de los sin voz, los gritos y lamentos de los más pobres. Pues bien, hoy queremos plasmar el grito de la Tierra, de sus aguas, de su aire contaminado, el grito del planeta entero que está sometido a su devastación. La opción por la solidaridad, la opción por los más pobres, también integra la opción por la Gran Pobre de hoy, la Tierra.
Si analizamos las causas reales de la pobreza y de la degradación, se ve que ambas son consecuencia del tipo de desarrollo que se viene practicando, porque acaba con los recursos de la naturaleza y explota los recursos de ésta, pagando salarios bajos y generando pobreza y exclusión social.Ya son muchas las denuncias de situaciones injustas que desde nuestros proyectos se intentan reivindicar. Hoy queremos plantear la necesidad de la liberación del planeta. El desarrollo no puede hacerse contra la naturaleza ni a costa de ella, sino con la naturaleza y en el sentido que ella nos va dictando. Sólo es necesario estar dispuestos a prestar atención a su clamor.
Para ello lo primero sería abandonar la posición egocéntrica del ser humano, centrada única y exclusivamente en el bienestar y las ventajas –sin límites- del hombre y la mujer. Debemos abandonar ese sentimiento de superioridad y de dominio de la naturaleza. Únicamente optando por políticas que se basen en la cooperación y la solidaridad podremos ser capaces de liberar al planeta tierra de la situación de injusticia en el que lo tenemos inmerso.
Es nuestro deseo que París 2015, haga despertar a nuestros representantes políticos, y que la pobreza generalizada en la Tierra entendida como un todo, movilice nuestras consciencias y seamos capaces de ver que otro mundo es posible, que otro sistema económico, otras relaciones comerciales y otra manera de entender la vida y las relaciones internacionales es posible.
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